Las políticas casi suicidas en materia medioambiental, con una legislación que se hace insoportable para una gran parte de los ciudadanos, las políticas derivadas de lo que es la Agenda 20-30, está levantando en Europa, un gran cambio social como respuesta, que tendrá un visualización real en las elecciones al Parlamento Europeo del próximo año.
Los cambios políticos en Italia, Suecia, Finlandia, las expectativas electorales de los partidos más a la derecha en Alemania, que parece cuenta con unas intenciones de voto del 25 por ciento, las perspectivas en Francia, para los partidos de derecha, darán una composición muy distinta a la configuración del Parlamento Europeo y sin duda, derivará en una Comisión Europea distinta y con diferentes objetivos.
Cuando los partidos políticos abandonan la opinión de los ciudadanos y responden a intereses extraños, se produce un desafección inmediata como está ocurriendo en Europa.
La limitación de libertades y derechos durante la pandemia de forma innecesaria levantó una respuesta mayor a la deriva de la propia Comisión Europea, liderada por Úrsula Von der Layen, cada vez más cuestionada, y que un grupo de diputados cada vez mayor, quiere que responda a sus negociaciones con las empresas farmacéuticas, nunca explicadas.
En definitiva, un “tsunami” político que puede ser muy beneficioso, para acabar con tanta política absurda.