El voto útil es aquél, del cual, el votante, se muestra satisfecho, por haberse cumplido, al menos en parte, los proyectos y decisiones prometidas y la forma de gobernar deseada, por parte de la fuerza política a la que se dio el apoyo.
El voto inútil, por el contrario, es aquel que incumple lo prometido, y casi nada de lo dicho en campaña electoral, se acaba realizando, en definitiva, se engaña a sabiendas o no, al votante en cuestión.
Por ello, cuando los partidos les hablen de voto útil o no útil, hay que pensar si tal utilidad, es para los políticos de turno o para los ciudadanos, es decir, los votantes, en cuyo caso será también un voto inútil, siendo más que posible, que al votante le enfade mucho, y acabe siendo un “boomerang” para la fuerza política incumplidora.
Por lo tanto, todos los votantes, estamos en manos de unos políticos, que pueden ser cumplidores o al menos lo intentan, con sus decisiones, o por el contrario sólo les interesa el poder y el cargo y luego: “si te he visto no me acuerdo”.
Los ciudadanos debemos de ser maduros y exigentes con las promesas políticas, porque sino sucede lo que realmente sucede en España: No se respeta a los ciudadanos.
Así muy atentos a tanta promesa electoral, porque luego hay que esperar cuatro años, y a veces se hace muy largo y la digestión del engaño muy pesada.