Los Gobiernos y la Comunidad Europea, a través de las absurdas decisiones de su Comisión, creen que con subvenciones, se solucionan los problemas de los agricultores. En realidad, tratan de tapar con dinero de todos sus lamentables decisiones, que desde hace años vienen dañando al sector.
En verdad, lo que no quieren los “mandados” de la UE, es cambiar sus políticas radicales en materia climática, que tanto daño hacen a nuestra economía.
Ellos prefieren en el fondo, seguir la hoja de ruta que marcan los poderosos del foro Económico Mundial, la ONU y sus caprichos, basado en mentiras.
Cargar sobre la agricultura y la ganadería y sobre la personas, la responsabilidad de que el clima cambie, es una acción irresponsable, más propia de mentes, que piensan que sobran seres humanos, que la libertad, el libre albedrio, debe de ser condicionado por sus intereses.
Estamos ante un problema de fondo: La defensa de la libertad, del desarrollo humano o el control total por parte de unos pocos poderosos.
Por ello, detrás de todo lo que sucede en Europa, Estados Unidos y otros países, está siempre, la lucha por las libertades y los derechos de millones de seres humanos.
Una batalla, que a pesar de las dificultades será ganada por los defensores del bien y la libertad, entre otras cosas, porque el bien aunque tarde siempre acaba imponiéndose sobre el mal .