NO DEBIERA SEGUIR UN MINUTO MÁS

En cualquier democracia de nuestro entorno, el asesinato de dos agentes de la Guardia Civil, en manos de narcotraficantes en el puerto de Bárbate, hubiera supuesto la inmediata dimisión del Ministro del Interior.

Por supuesto, no por el ataque en si de los narcotraficantes, sino por las causas de mismo.

En la zona del Estrecho, según han dicho representantes sindicales del cuerpo, resulta que seis de las motoras del Benemérito Instituto se encontraban por diferentes causas inoperativas, por lo que los agentes que sufrieron el ataque de los narcos, tuvieron que utilizar una pequeña zodiac, en medio del temporal.

Por otro lado, el señor Marlaska hace unos meses tomó la decisión de disolver, un grupo especial encargado de combatir la “lacra” del narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar, siendo advertido por los propios representantes sindicales de las consecuencias que podrían derivarse, como se ha visto confirmado.

En colmo de males y de vergüenza para el Ministro y el Gobierno que le sostiene, un día antes del triste suceso, aseguraba el propio señor Marlaska, la tranquilidad de la zona y el éxito policial.

No puede seguir un minuto más este señor, pues su actuación, es un insulto al sentido común al buen hacer y a la verdad.

Si no dimite, y asume así responsabilidades, podemos pensar con razón que nuestra democracia lo es más de nombre que en realidad.