UN GOBIERNO OBSESIONADO CON EL CONTROL SOCIAL

La obsesión del Gobierno de Pedro Sánchez, por controlar nuestras vidas, nuestra forma de pensar y de vivir, parece ser ya de carácter casi enfermizo.

Ahora el Gobierno, a través del “superministro”, Félix Bolaños se quiere inmiscuir o boicotear, en el plan de la Conferencia Episcopal par la reparación de la víctimas de abusos de la Iglesia. En realidad, lo que casi siempre intenta el actual Gobierno, es dividir, poner  palos a la rueda en la solución de problemas, para luego utilizar los conflictos y hacer bandera de los mismos.

Este Gobierno, quiere controlar la historia, el relato y por eso crea la ley de Memoria Histórica, controla la Fiscalía, que en vez de proteger los derechos de los ciudadanos, más parece proteger los del Gobierno, controla la televisión pública, que más parece ser en demasiadas ocasiones la televisión privada del Gobierno, controla la Agencia Efe, controla el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, se inmiscuye en el capital de grandes empresas con el dinero de todos los españoles, como hemos visto en Telefónica, Indra.

Todavía no controla la Justicia, pero lo intenta claramente, con declaraciones descalificadoras de aquellos Jueces, que toman decisiones que no les gustan.

En realidad, lo que hay detrás de todo ello, es la creación de una falsa democracia, una democracia aparente, pero nada real, donde los ciudadanos seamos meras marionetas en manos de una clase política que parece no respetar derechos, ni libertades; es decir, una simulación de democracia.