IN MEMORIAN DE JAVIER HINOJAL

Nos ha dejado un amigo entrañable, una persona con la que he compartido momentos muy importantes de mi vida, desde su presencia en el reducido grupo de familiares y amigos que estuvieron en mi boda, en la que por cierto, tanto disfrutó, hasta cientos de momentos vividos en las tertulias de los martes  en el Hotel Chiqui en la que nos reíamos y disfrutábamos conversando de cualquier acontecer de la actualidad, en torno a una buena mesa, que con tanto cariño nos preparaban .

Recuerdos imborrables, con cientos de anécdotas, como la que vivimos junto con una gran personalidad de la política española, el que fuera gran Ministro de Interior, Juan José Rosón.

Resulta, que el que había sido Delegado del Gobierno en Cantabria, Emilio Contreras, buen amigo, me llamó para decirme que iba a viajar a Santander el ex Ministro Juan José Rosón a dar una conferencia en la UIMP y que le gustaría que le atendiéramos bien desde su llegada a Santander.

En  aquel entonces yo tenia un Dyane 6 con muchos kilómetros, lo que era un problema para mi, me parecía que no era el coche apropiado por su estado de tapicería y antigüedad para llevar a tan insigne personalidad.

Llamé a Javier, que rápidamente se puso en marcha, llamando a un amigo suyo, para que nos dejara un BMW nuevo para ir a recoger al Ministro al aeropuerto.

Así fue, le recogimos al llegar a Parayas, viajaba acompañado del señor Del Corral, persona emparentada con Miguel Delibes y muy vinculada a Cantabria y les llevamos al Palacio de la Magdalena, conducía Javier, al acabar la conferencia tenia el ex Ministro comida en la Magdalena pero prefirió venirse con nosotros a degustar unas buenas alubias a Casa Enrique de Solares, donde Don Juan José Rosón se mostro encantado y nosotros emocionados, de poder estar con aquel personaje tan importante, en una sobremesa que nunca olvidaré y con una persona que había dirigido nada menos que el Ministerio del Interior en plena lucha contra ETA. Poco después, llevamos al señor Rosón hasta Ontaneda comprando unos sobaos pasiegos en Villegar de Toranzo, y llegando con la hora justa a Parayas para tomar el vuelo de Aviaco de regreso a Madrid que salía sobre las ocho de la tarde. Me consta, que siempre el señor Rosón recordaba el día pasado con Javier y conmigo, porque Javier sabía estar, tenia categoría, bondad y don de gentes y yo era muy joven con poca esperiencia y empezaba a dar mis primeros pasos en la información. Cuento esta anécdota, para mostrar su deferencia y amistad hacía mi persona. Estoy seguro que goza de la luz del Señor.

Marigel, su esposa y sus hijos, una gran familia, podéis estar orgullosos de vuestro padre. DEP. Javier, siempre en mi memoria.