Las vacunas han supuesto a los largo de los últimos siglos un avance extraordinario para la humanidad, algo incuestionable.
Sin embargo, el proceso de investigación de una vacuna es lento y lleno de dificultades y pruebas.
Los últimos casos de gravedad o fallecidos posiblemente a causa de una reacción de alguna de las vacunas contra el COVID, es un asunto muy grave.
Llama la atención y debe hacer pensar, que las vacunas contra el COVID-19, fueron realizadas en muy pocos meses y su aprobación es por emergencia y sin asumir las farmacéuticas responsabilidad alguna, pasando dicha responsabilidad a los Estados, algo, que por si mismo debiera levantarnos todo tipo de sospecha.
A pesar de las dudas, los “papagayos” que sólo quieren su verdad y no la autentica verdad, repiten tantas veces que son seguras que el mero hecho de hacerlo ya llama a la sospecha.
Se ha tapado todo debate científico, toda disidencia en una barbarie contra la libertad de expresión y la necesidad de la humanidad de buscar la verdad y lo mejor .
Sin embargo, ahora llega el momento de las responsabilidades y conocemos que el Profesor Bhakdi, en una conferencia el pasado 17 de febrero junto a otros colegas también importantes, advertía sobre la coagulación de los vasos sanguíneos y lo mortífero que ello podía ser, advertencia que junto con otras, han sido calladas y no se han tomado que se sepa medida alguna.
Es obvio que todos queremos una vacuna segura y que acabe con esta crisis del coronavirus , aunque la pregunta también es si es necesario tener la vacuna o lo que hay que hacer es conocer la enfermedad y tomar medidas previas como vitaminas especificas, atención primaria y unos tratamientos eficaces.
Deseando lo mejor para la humanidad, espero que se asuman responsabilidades, algunas graves, fruto de la mentira o de las medias verdade