Han tenido que pasar veinticuatro horas desde el fallecimiento de José Manuel Riancho, para que fuera capaz de escribir estas líneas.
No he podido salir del aturdimiento general, desde que ayer Claudio Acebo me enviaba un mensaje con la tremenda noticia de su fallecimiento repentino.
Y es que habían pasado sólo unas horas de haber estado con él, en la tertulia de cada mañana en Regma, en concreto, el viernes pasado a las diez junto con nuestro amigo Rafa.
José Manuel, nos ha dejado, creando un vacío muy grande en nuestro corazones, su bonhomía, su claridad de ideas en las que creía profundamente, le hacían una persona integra, de valores y de profundas lealtades, sobre todo a sus amigos.
La esquina de la cafetería donde el se sentaba y leía la prensa cada mañana, estaba hoy vacía y cada vez que miramos, su rostro se nos reflejaba en nuestro pensamiento.
Todos sus amigos, estamos conmocionados por su marcha silenciosa, como a el le gustaba hacer y como se despidió de mi el pasado viernes.
Son tantas las vivencias que he tenido la fortuna de disfrutar con José Manuel; en la tertulia, en su actividad dentro del mundo del deporte, de sus bolos, de su Racing y de su Real Madrid; sin olvidar, su gran dedicación como Maestro Nacional y su labor como Concejal en el Ayuntamiento de Santander, llena de entrega y aciertos.
José Manuel, era un hombre de ideas claras y de una profunda fidelidad a todo aquello que creía.
Estoy seguro, que goza de la luz del Señor, e intercederá por todos nosotros, sobre todo por su familia y sus amigos de siempre.
Descanse en paz un hombre de bien.