Estamos viviendo en occidente y por supuesto en España, de manera muy peligrosa, lo que se llama la cultura de la “cancelación”.
Se trata de la “muerte” social de aquellas personas o colectivos, que no piensan y actúen como las poderosas élites dominantes quieren.
En concreto se vulneran los derechos humanos, del respeto a la libertad de opinión y creencias, consagrados en nuestra Constitución, se califica despectivamente a toda persona, que no siga lo que el poder dicta.
Se llama “negacionista”, por ejemplo, aquel que no crea que el cambio climático lo produce el ser humano y piense que desde que el mundo es mundo, el clima cambia continuamente, algo que es obvio, se llama negaciónista, a todo aquel que diga que las vacunas del COVID, se han administrado sin las pruebas suficientes y que han causado muchos daños colaterales.
Estamos en un proceso, involución democrática muy grave y peligroso, que si no se corta, puede llevarnos a una dictadura de hecho, aunque se diga que es una democracia.
Está pasando también en la ciencia, donde se está impidiendo el debate; días pasados me lo confirmaban unos científicos, muy cualificados y con un curriculum brillante, señalándome como les impiden asistir a algunos foros y como compañeros se lo reconocen, pero no tienen la valentía de apoyarles para no ser estigmatizados.
Es necesario, defender la libertad de opinión y denunciar con fuerza la intromisión de lo que llamaban correctamente político y social en nuestra forma de pensar y vivir.
Nos jugamos nada menos, que la libertad y la propia salud social de los seres humanos.,