De fracaso colectivo, se puede calificar los datos que acabamos de conocer del nivel de pobreza en Cantabria, unos datos realmente muy preocupantes que sitúan a 145.000 habitantes de esta tierra en riesgo de pobreza, con un aumento de 27.000 personas sobre el año anterior, lo que puede dar una idea de la gravedad del asunto.
Es un fracaso colectivo de toda la sociedad, porque todos tenemos responsabilidades de contribuir al bien común, a través de nuestro trabajo y nuestros impuestos, pero de manera especial tienen una grave responsabilidad los agentes sociales, sindicatos y empresarios y de manera fundamental la clase política, sobre todo, los últimos gobiernos de la Comunidad.
Nadie asumirá responsabilidades, pero estos datos, son una prueba evidente de muchas carencias en la gestión, bien por incapacidad o bien porque la estructura del Estado Autonómico no funciona o no funciona de forma adecuada.
Mientras en Cantabria, seguiremos ensimismados en nuestra pequeñas cosas, en asunto colaterales y algunos en la creación de sentimientos o mitos hasta ahora inexistentes por falsos, que por cierto, no ayudan a nada sino todo lo contrario.
Grave irresponsablidad.