Es urgente, una fiscalía independiente que sea del Estado y no del Gobierno de turno.
España, no puede seguir por el camino de que la fiscalía, sea un instrumento más del Gobierno y que realmente en muchos casos, sea utilizada más como defensa de los intereses políticos del Ejecutivo que los intereses al servicio de la verdad y el respeto a la ley.
El desprestigio que el Gobierno Sánchez está generando en la fiscalía, es un daño irreparable que debe de ser corregido a futuro, a través de nuevas leyes que blinden su independencia.
En este sentido, el nombramiento del Fiscal General del Estado, debiera ser una elección por parte de todos los fiscales de carrera entre un grupo que recoja los mejores expedientes y méritos con garantía de independencia.
Los ciudadanos, precisamente los más humildes, tienen derecho a ser defendidos en su justicia ante el poder casi total de las instituciones y por lo tanto, la fiscalía no puede ser un elemento más que el Gobierno utilice a su capricho.
Sin una Fiscalía que mantenga su independencia del Gobierno, sin sometimiento alguno, no es posible un estado de derecho sano y real.