El fallecimiento de Alfonso Ussía, supone sin duda, un antes y un después en la historia del periodismo patrio, del final del siglo pasado y del inicio del actual.
La capacidad de hacer de una noticia o una crítica, una historia bien documentada y basada en ejemplos maravillosos debido su intensa experiencia vital, además de su humor fino e inteligente, hizo de Alfonso Ussía que millones de lectores, optaran preferentemente seguirle de forma fiel a través de los múltiples periódicos y revistas en las que escribió.
La opinión siempre bien razonada de Alfonso Ussía, nunca dejaba indiferente al lector, además de dejar un profundo conocimiento de la realidad y del sentido común.
También, como escritor, Alfonso Ussía, a través de la serie de las Memorias del Marqués de Sotoancho y sus historias desternillantes, un personaje aristócrata, prototipo de señorito, que vive su propia realidad, que nada tiene que ver con la sociedad que vivimos, fue capaz de arrancar historia tras historia, la carcajada del lector, como lo hizo con otros muchos trabajos por él publicados.
El ingenio, la capacidad de sorprender al lector, además de dar a sus escritos un tono alegre y desenfadado, fueron otras de las características de sus escritos.
Además y sobre todo, Alfonso Ussía, era un patriota, un amante profundo de esta España nuestra y siempre lo demostró en sus comentarios valientes.
Amante de esta tierra montañesa, de sus costumbres a través del vernáculo deporte de los bolos, de sus paisajes, de su gastronomía y de sus gentes, Alfonso Ussía, era por merecimiento un montañés más, una persona especial, única, que por cierto, siempre que podía hablaba con profundo cariño de está tierra.
El reconocimiento de los habitantes de Cantabria se podía ver en cualquier lugar donde él estuviera, recogiendo el cariño, el respeto y afecto de las buenas gentes; sin embargo, algunos dirigentes políticos, en su mediocridad y cortedad de miras, no tuvieron en nuestra Comunidad, la gratitud que debieran haber mostrado por parte de algunas instituciones, como por cierto, si hizo el pasado verano la Comunidad de Madrid, otorgándole el pasado el Premio de Cultura y trasladándose hasta Ruiloba, la presidenta Diaz Ayuso, para hacerle entrega de tan merecido galardón.
Descanse en paz, tan insigne escritor y periodista y valiente transmisor de libertad.