Hay que poner la economía en marcha cuanto antes. Precauciones todas: distancia, pero sobre todo mascarillas e higiene de manos y a trabajar.
Parece, que algunos quieren que llevándonos a una situación económica extrema tengan la oportunidad de situarse como distribuidores de pobreza y pretenden así quitar los sueños y la ilusiones de las personas, para que se entreguen a una ideología del mal como es la comunista.
Rompamos las cadenas del miedo, eso si, con responsabilidad individual de un
pueblo adulto que quiere ser soberano y que no quiere ser un elemento pasivo en la solución de la pandemia y de la crisis consiguiente.
Empezamos a estar “hasta el gorro” de mensajes de marketing, llenos de mentiras o de medias verdades.
Nos jugamos la libertad como individuos y el bienestar como país.
Los españoles, tenemos unos derechos y unas obligaciones que nos garantiza la Constitución y deben de ser respetados en toda su dimensión, sin atajos ni pretextos.
Por lo tanto, hay que aplicar la famosa frase de Felipe González: ”Prefiero morir apuñalado en el metro de Nueva York, que de aburrimiento en las seguras calles de Moscú”.