Autor: Gervasio Portilla

Tenemos una ralentización económica clara, a la vuelta de esquina, ERES de varios cientos de personas en el sector del automóvil, la deuda pública batiendo marcas, reformas muy importantes por hacer, como el asunto de las pensiones y su futuro, la financiación autonómica y aquí nadie dice nada.

Los políticos en su mundo irreal y sus “cuentos” de hadas por un lado y por otro, tratando de dividir a los españoles, es decidir, haciendo daño a la convivencia y complicando nuestro futuro como nación con pactos incomprensibles.

A derecha e izquierda, tenemos la peor clase política de los últimos cuarenta años, una clase política egoísta e incompetente en la mayoría de los casos y unos partidos políticos que se han convertido en el fiel reflejo de una sociedad, mal informada y sin valores, que se precipita por el camino de la mediocridad y la apatía en medio de “populismos” trasnochados.

El mayor problema que tiene la democracia española, es la falta de élites políticas bien formadas y con experiencias en otros campos, que sepan priorizar las necesidades de la sociedad y decir a la misma todas la verdad.

La profunda crisis de valores que vive España, se ha trasladado directamente a los diferentes partidos políticos del arco parlamentario, se puede decir, que ninguno se libra de estar afectado por la profunda crisis de valores de la sociedad española, lo que les lleva a la incoherencia y continuas mentiras.

Los partidos políticos, se están convirtiendo en maquinas de poder por el poder y no instrumentos útiles al servicio de ciudadanos.

Se han convertido en grandes agencias de colocación de afiliados, los más cercanos, y son capaces de retorcer la ley como acabamos de ver recientemente para buscar acomodo en cualquier institución.

La sociedad, no reacciona, porque en el fondo ve normal ciertos comportamientos, que no son denunciados por los medios de comunicación, también afectados por sendas crisis: de valores y económica.

Nos quedan años por delante complicados y llenos de incoherencias por parte de una sociedad en términos generales, enferma y sin valores, aunque lógicamente hay muchas personas e instituciones que actúan de forma ejemplar.

Don Pablo Casado, creo que se ha equivocado con los nombramientos de la señora Álvarez de Toledo y el señor Maroto como portavoces del Congreso y Senado respectivamente.

La señora Álvarez de Toledo tiene una gran oratoria, esta muy bien preparada, pero su forma de expresarse e ideas pueden parecer radicales para una parte importante del electorado del PP, además, su nombramiento es en cierta manera una desautorización al señor Rajoy, hay que recordar, que la nueva portavoz en el Congreso se distancio del PP con fuertes críticas a la anterior dirección, por cierto, mientras el señor Casado disfrutaba plácidamente de un buen cargo en la dirección nacional y de un escaño en el Congreso.

El nombramiento del señor Maroto, no tiene justificación alguna desde el sentido común.

No resultó elegido diputado en su tierra y se le busca un acomodo en Castilla y León como Senador, registrándose como vecino de una localidad de Segovia.

Todo un movimiento, que no dudo que respete la legalidad, pero desde luego políticamente es impresentable.

En un momento de crisis en todos los partidos, vemos lo que ocurre en el PSOE, en Ciudadanos y en otras fuerzas, el centro derecha, sigue el mismo camino de la incoherencia de los demás, perdiendo una nueva oportunidad de ganar credibilidad.

Ahora resulta que la Ministra señora Ribera, dice que se debieran acabar los espigones de La Magdalena, mientras el pleno del Ayuntamiento pide que se quiten.

Este asunto es una de la ”tomaduras de pelo” más grandes de los últimos tiempos en Cantabria.

Los espigones se proyectaron después de muchos estudios y porque los técnicos lo aconsejaron y tres partidos políticos con la ayuda de un grupo minoritario de personas iniciaron una campaña absurda contra su construcción, en realidad, lo que querían es hacer oposición al Ayuntamiento y en concreto a Iñigo de la Serna y luego a la actual alcaldesa Gema Igual.

Es decir, no les importaba si los espigones eran buenos o no para que se pueda mantener la arena, sino hacer oposición y “meter ruido” mediático, todo muy lamentable,

Ahora, debiéramos el resto de la sociedad protestar por lo que se quiere hacer y pedir que paguen el relleno de arena cada año, los que han intentado sacar réditos electorales o llevar la contraria.

Algunos tenemos memoria: Son en realidad los mismos que se opusieron al parque de Las Llamas, tal y como fue diseñado, y que es por cierto una autentica maravilla, elogiada por cualquier visitante, son los que se opusieron al Centro Botín con todo tipo de recursos jurídicos y son los que en realidad se creen los dueños de la ciudad y superiores a los demás en conocimientos, cuando realmente con perdón, no tienen ni puñetera idea.        

 

Poco a poco, están saliendo de la cárceles etarras con delitos de sangre a sus espaldas, después de cumplir sus penas.

En una aberración moral y que habla de la situación de quiebra de valores en una parte al menos muy importante de la sociedad vasca, son recibidos como auténticos héroes, cuando son criminales, que sin piedad han dispuesto de la vida ajena por el mero hecho de querer imponer una ideología totalitaria.

La banda criminal ETA, tiene mucho que ver con el marxismo más atroz, al estilo de los peores años de la Unión Soviética o China, tiene mucho que ver con un intento de desestabilizar España y sus instituciones y tiene mucho que ver con la mentira del nacionalismo independentista y su falso relato.

Bildu, esa formación que algunos quieren blanquear, no es una formación cualquiera aunque este legalizada y el Gobierno no puede por mucho que intente, tratar de normalizar su actuación, mientras que se llena la boca de crear el miedo a una ultraderecha que como tal no existe afortunadamente en España, al menos en las instituciones, por mucho que se repita el mismo mensaje.

Partido Popular y Ciudadanos, tienen la oportunidad histórica de lanzar una propuesta que de estabilidad y gobernabilidad a este país.

PP y Ciudadanos, deben de dirigirse al señor Sánchez y pedirle a cambio de condiciones escritas y conocidas un acuerdo de investidura.

El acuerdo debe de suponer un reforzamiento de la vía constitucional, la vuelta del PSOE a la senda del centro izquierda y una posición clara del Gobierno sobre el asunto de Cataluña.

España, no puede tener Ministros que no creen en la nación y que son incapaces de defender los valores humanos en Venezuela o Irán.

El PP y el PSOE deben de responder a las necesidades del país y salir de su “bucle” de intereses de partido.

España, no puede estar en manos de los que quieren destruirla, al menos el centro derecha debe de intentarlo. España, lo necesita.

Nos enteramos por le medios de comunicación que el Gobierno de Cantabria, aumenta su estructura de cargos en seis direcciones generales y diez subdirecciones más, lo que puede suponer un aumento de gasto de medio millón de euros.

Una comunidad como Cantabria, no necesita más gasto público, sino gastar bien y para poder gastar bien hay que quitar gasto corriente para poder invertir más en sanidad, educación y obra pública, que en los últimos años a causa del crisis se ha visto muy paralizada..    

Y todo esto ocurre en un Región que tiene una deuda total de 3.220 millones de euros, lo que supone un 25,10 del PIB, una deuda “per capita” de 5.452 euros, basta recordar que hace once años, Cantabria sólo debía 875 millones de euros; si esto no es para estar preocupado y para ser austero, es que hemos perdido el sentido común.

 

 

Ha aparecido muerto en Madrid, Juan Carlos Márquez, ex directivo de la empresa estatal de Petróleos de Venezuela, durante el gobierno de Hugo Chávez y que al parecer colaboraba con la justicia para esclarecer la supuesta trama de blanqueo relacionado con el ex embajador de España en Venezuela, Raúl Morodo, nombrado por el gobierno de Rodríguez Zapatero.

Márquez, parece ser, estaba citado para declarar el pasado lunes en la Audiencia Nacional, cuando su cuerpo fue encontrado sin vida con signos de posible suicidio.

A Juan Carlos Márquez, se le investigaba dentro de la causa que se sigue en la Audiencia Nacional y por la que el pasado mes de mayo fue detenido el hijo de Raúl Morodo y otras tres personas.

La justicia española, investiga el supuesto cobro de 4,5 millones de euros de Petróleos de Venezuela por parte de Morodo hijo, mediante supuestos contratos falsos de asesoría legal, suscritos entre los años 2.012 y 2015.

Este tipo de noticias, podrían explicar la posición de algunos políticos españoles sobre la dictadura venezolana y todo lo que ocurre en aquel país.

Todo lo concerniente a las relaciones con un régimen como el venezolano, debe al menos de levantar sospechas.

 

Es un  montaje que el señor Sánchez, este todo el día con “la matraca” de la extrema derecha, todo lo que no sea socialista, ahora parece extrema derecha y por el contrario, no le preocupe lo más mínimo un pacto con la extrema izquierda, defensora del “chavismo” de Maduro, el de la vulneración de los derechos humanos y la casi hambruna de Venezuela, los amigos del régimen de Irán, Cuba etc.

Es curioso, que a esos señores no se les llame extrema izquierda y estén todo el día con la amenaza del extrema derecha.

La extrema derecha que existe en la mente del señor Sánchez y que parece “se come los niños crudos por la mañana”, es en definitiva un montaje electoral y mentiroso.

Primero, la extrema derecha la representaba el señor Rajoy y ahora la extrema derecha, es todo lo que no les guste al señor Sánchez.

Los que quieren cumplir las leyes, se les estigmatiza como extrema derecha y parece que hay que perseguirles políticamente y los que quieren cargarse el sistema y justifican a la actuación de gobiernos de terror, como el de Irán o Venezuela, pueden ser aliados para gobernar en diferentes Instituciones y en el Gobierno de la Nación.

Es el mundo al revés del señor Sánchez, utilizando la división y el enfrentamiento entre buenos y malos, claro, él decide quien es bueno y quién es malo. Todo de comedia, si no fuera muy grave para nuestra convivencia.

Ni ejemplo de regeneración ni sentido común, la propuesta de que Javier Maroto, sea nombrado senador autonómico por Castilla y León, después de no ser elegido en su tierra en Álava como diputado, es un insulto al sentido común y una componenda que demuestra que en la sede de Génova 13 no están por aplicar el sentido común y el buen gobierno, sino las decisiones absurdas y sólo pensando en sus intereses particulares.

El señor Maroto, puede representa legalmente en el Senado a Castilla y León, pero no lo hará mejor que alguien que sienta y conozca de cerca los problemas de esa tierra.

La decisión, es un desprecio a los militantes del PP de Castilla y León, una tierra noble, donde la formación popular ha forjado grandes mayorías para gobernar España y que ahora recibe la noticia de colocar a un señor, que no representa a los habitantes de Castilla y León.

La actual dirección del PP, no ilusiona con este tipo de decisiones, es más decepciona.

Si los dirigentes del PP, creen que su partido se puede dirigir a golpe de teléfono desde Madrid, mal futuro auguro en las relaciones internas de esa formación.

Debieran ser prudente y tratar de ganarse la confianza de los militantes, para luego poderse ganar la de los electores, de lo contrario, su futuro político puede quedarse en una anécdota y eso no será bueno para tener una alternativa real y moderada que vuelva a ilusionar.