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El resultado obtenido por los partidos políticos en cualquier contienda electoral, debiera de ser una especie de contrato escrito entre los electores, y las fuerzas políticas.

Prometer una cosa y hacer la contraria con diferentes excusas, es algo que hemos visto repetidamente en España demasiadas veces.

La crisis de los sistemas democráticos, las crean generalmente los propios partidos políticos, por su falta de coherencia, claridad y por someter a los ciudadanos a un continuo “trágala”, como si los dirigentes estuvieran más cualificados que los ciudadanos para saber lo que nos conviene.

La crisis, que vive la democracia en Europa y en general en occidente, tiene como base la falta de transparencia de los partidos políticos, el vicio de engañar continuamente y llevar hasta el extremo que “el fin siempre justifica los medios”, lo que acaba siendo un autentico “caballo de Troya” para el sistema.

Los medios de comunicación, casi todos, en vez de convertirse en notarios de la verdad, se han convertido en una maquinaria de transmisión de intereses ideológicos y económicos, sin respeto a la verdad, pudriendo así las esperanzas de libertad y derecho a una información, que no oculte la verdad.

El año próximo, las elecciones al Parlamento Europeo, servirán para dejar claro un movimiento “pendular”, que amenaza por llevarse por delante, a una parte de las fuerzas políticas tradicionales y en vez de analizar las causas trataran de culpar a los electores desde una superioridad moral que en absoluto tienen.        

No se puede dirigir un partido a través de un mando a distancia o de un tele-mando, como da la sensación que quiere el señor Núñez Feijoo, con su partido en Cantabria.

Es necesario que la dirección nacional del PP, no se inmiscuya en lo que tiene que hacer el PP de Cantabria, en concreto, dar un respuesta clara a lo que han votado sus electores.

No se puede enredar por maniobras de otros, en proyectos que no han recibido un apoyo mayoritario en la urnas.

En Cantabria de forma mayoritaria, se ha votado en clave de regeneración, en clave de sensatez, en clave de austeridad y sobre todo, en clave de no mentir a los ciudadanos, algo de lo que están hartos.

El PP, debe de buscar una mayoría natural estable, pues no se puede gobernar en minoría y mucho menos con aquellos que en parte nos han llevado a la situación actual.

Hay que obedecer a lo ciudadanos y dejarse de “zarandajas”, que en despachos ajenos en Cantabria piensan o quieren.

Con los “escándalos” que están sacando estos días diferentes medios, sería poco menos que suicida para el PP electoralmente, el mero hecho de que los ciudadanos puedan pensar que no se va a investigar nada y que se siguen las mismas políticas, el personal está muy enfadado y es adulto para que nadie venga con “maquinas de miedo” para que todo siga igual, porque para eso, es mejor que sigan los mismos.

El acuerdo de una mayoría nueva para Cantabria debe de hacerse sin egoísmos y con una actitud de servicio a los ciudadanos y olvidarse de los “lobbies” de esta tierra que no quieren que nada cambie, para ellos seguir a lo suyo.

No se puede perder esta oportunidad, para al menos hacer las cosas de otra manera y mejorar la vida de los ciudadanos y no ser una agencia de colocación de cargos públicos.

Las políticas casi suicidas en materia medioambiental, con una legislación que se hace insoportable para una gran parte de los ciudadanos, las políticas derivadas de lo que es la Agenda 20-30, está levantando en Europa, un gran cambio social como respuesta, que tendrá un visualización real en las elecciones al Parlamento Europeo del próximo año.

Los cambios políticos en Italia, Suecia, Finlandia, las expectativas electorales de los partidos más a la derecha en Alemania, que parece cuenta con unas intenciones de voto del 25 por ciento, las perspectivas en Francia, para los partidos de derecha, darán una composición muy distinta a la configuración del Parlamento Europeo y sin duda, derivará en una Comisión Europea distinta y con diferentes objetivos.

Cuando los partidos políticos abandonan la opinión de los ciudadanos y responden a intereses extraños, se produce un desafección inmediata como está ocurriendo en Europa.

La limitación de libertades y derechos durante la pandemia de forma innecesaria levantó una respuesta mayor a la deriva de la propia Comisión Europea, liderada por Úrsula Von der Layen, cada vez más cuestionada, y que un grupo de diputados cada vez mayor, quiere que responda a sus negociaciones con las empresas farmacéuticas, nunca explicadas.

En definitiva, un “tsunami” político que puede ser muy beneficioso, para acabar con tanta política absurda.  

La Fiscalía General del Estado y el Tribunal Constitucional, se han convertido en dos instituciones que más parecen un “caballo de Troya”, que unas instituciones en defensa de la justicia, la libertad y la imparcialidad.

El nombramiento “fantasmagórico” de una Fiscalía “fake”, como es la llamada de Memoria Democrática para Dolores Delgado, es un escándalo sin precedentes, que debiera de tener un contestación rápida y rotunda por parte de la oposición.

Se están produciendo sucesos de carácter totalitario, y que nada tienen que ver con la defensa de la imparcialidad de la instituciones.

En un país serio, Sánchez y sus colaboradores serían llevados a los Tribunales, por tratar de colonizar las instituciones y dejar indefensa a la sociedad.

Son realmente, pasos hacia el totalitarismo y que deben de hacer a la sociedad reaccionar y por supuesto a la oposición, dejarse de “zarandajas” y cortar de manera inmediata este tipo de acciones con todos los instrumentos legales a su alcance.

La democracia está en peligro, desde el mismo momento que la Fiscalía, se convierte en la Fiscalía del Gobierno y no del Estado y los ciudadanos.

A pocos días de las elecciones, España navega en mares desconocidos y nuestras libertades “al pairo”. Muy fuerte y nunca visto en los últimos cuarenta años en nuestro país.

 

 

 

 

Cantabria, no puede seguir teniendo un muy deficiente servicio aéreo con Madrid, destino fundamental para los habitantes de esta tierra en sus gestiones y en sus enlaces internacionales.

El acuerdo rubricado en su día entre el Gobierno de Cantabria e Iberia, es un fiasco absoluto por incumplimientos y perjuicios para Cantabria.

El haber dejado por completo, que sean aviones de Air Nostrum, los que realicen el servicio, esta suponiendo un grave perjuicio, porque la demanda es muy superior a la oferta, dado que estos aparatos de Air Nostrum, tienen cien plazas, cuando la demanda suele ser muy superior.

Una cuestión es, que en algunos horarios, los aviones de Air Nostrum, puedan ser los ideales, y otra que se haya sustituido en todo a los Airbus de Iberia en pleno verano, en una región, que ve como los precios para viajar a Madrid, se han disparado, es inaudito que un vuelo ida y vuelta a Madrid, pueda llegar a costar en el mes de Julio seiscientos euros.

Iberia, es la responsable y el Gobierno Regional, también, por haber dejado que esto suceda, sin levantar la voz.

No puede ser que Iberia, se “lave las manos” y no se haga responsable del servicio, que además debido a la huelga de pilotos de Air Nostrum, ha perdido frecuencias.

Aunque el Gobierno de Cantabria este en funciones, no se puede esperar y hay que denunciar el contrato con Iberia y si cabe negociar con otras compañías para el inmediato futuro.

Debiéramos tener los medios de comunicación menos ansiedad, en el conocimiento de los pactos y los acuerdos.

Dicho esto, en referencia al PP y a VOX, ambos partidos, deben de respetarse y respetar lo votado por los ciudadanos, de lo contrario el “fiasco” en credibilidad, dejaría el centro derecha totalmente “desarmado”.

Me da la impresión que los dirigentes políticos, no se han dado cuenta, de que los ciudadanos, estamos “hartos” de mentiras y de “postureos” y no actuar de forma clara con lo prometido en las elecciones, sería un “fraude”.

En Cantabria, los ciudadanos, han votado claramente un cambio, un cambio, que abra las instituciones y la forma de actuar, un cambio, en el que se diga la verdad a los ciudadanos, un cambio, en la que haya más austeridad, un cambio, en el que el Gobierno de Cantabria, no sea una agencia de colocación, un cambio, para saber que es lo que queremos.

Tratar de hacer la “ vista gorda” a lo que se haya podido hacer mal, sería una traición imperdonable, y lo que tampoco debiera de ser, es la venganza, algo también intolerable para cualquier persona de bien.

En definitiva, se trata de buscar la justicia, sin persecución alguna, por supuesto, pero sin miedo alguno a denunciar, si se hubiera producido, cualquier irregularidad o ilegalidad.

El PP y VOX, se juegan mucho de cara a las próximas elecciones, cualquier movimiento contrario a la intención de los ciudadanos, puede darle la mayoría al gobierno “Frankestein” y entonces nos podemos preparar todos.

Los “aires” políticos en Europa, son de profundo cambio, si los dirigentes de este país no son capaces de darse cuenta, es que no tienen capacidad para dirigirnos, así de claro.          

El celebrar una votación tan importante para el futuro de España, el día 23 de Julio, en pleno “puente” en varias Comunidades y en cientos de localidades, en plena “canícula”, es un atentado a la democracia, algo, que los partidos de la oposición no debieran de haber aceptado de ninguna manera.

Con los españoles tratando de descansar, y sometidos al fuerte calor en muchas zonas, no se puede realizar un consulta electoral, con garantías.

No tiene garantías tampoco el voto por correo, porque hemos conocido que cuando se entregan las papeletas en correos no se pide el carnet de identidad, un “hueco” de la ley que debiera de corregirse.

La Junta electoral Central, debe corregir este grave defecto como lo hizo recientemente en Melilla.

El mero hecho de convocar las elecciones poco después de una consulta electoral, demuestra mala fe e intento de evitar que los ciudadanos tengan ganas de votar.

Se equivocan los partidos de la oposición, Sánchez responde a un criterio personal y al intento de Soros, de controlar España.

Estamos ante una consulta electoral muy peligrosa, que fuera el fuere el resultado, traerá dudas y confrontación, en vez de clarificar el futuro, al tiempo que lo pondrá más “negro”.

No se debiera consentir unas elecciones en estas circunstancias.

Ayer, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad Nacional de Estados Unidos,, John Kirby, se quedo “mudo” durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, cuando el periodista del NEW YORK TIMES, Steven Nelson, le pregunto a “quemarropa”, si el Presidente Joe Biden, era corrupto.

Aunque los medios en España lo ocultan en su mayoría, Biden, y su familia, esta siendo investigado por el Comité de Supervisión de la Cámaras, debido a sus negocios o de su familia con China, transferencias supuestamente opacas de sus familiares directos y parece ser que también del propio presidente.

Pocos minutos antes, en Madrid, ante los Diputados y Senadores Socialistas, Pedro Sánchez, decía que había que elegir entre los amigos de Biden y Lula Da Silva o de Trump y Bolsonaro.

De Biden, se puede contar mil y un historias, además de su incapacidad, se puede hablar de su actual popularidad, la más baja de ningún Presidente de Estados Unidos a estas alturas de mandato, junto con Jimy Carter.

Los casos de corrupción que se están investigando, son de tal calado, que le llevaría a la dimisión.

De Lula, que decir, un personaje con casos de corrupción a sus espaldas de cientos de millones de dólares, que le llevaron a la cárcel y que en unas elecciones llenas de sospechas le llevaron a la Presidencia de Brasil, por un muy pequeño margen de votos.

Este personaje, ayer, recibía en Brasil a un “sátrapa” como Maduro, el dirigente de un país “hundido” e investigado nada menos que por crímenes de lesa humanidad.

Son dos ejemplos de los amigos del señor Sánchez, como amigos así, para que queremos enemigos.    

 

 

Llega la hora de los pactos y acuerdos entre partidos. La “liturgia” de la política es tan absurda en estos casos, que los políticos, en vez de ir directos en busca de los acuerdos, se dedican a realizar circunloquios y “poses”.

Señores políticos, por si no se han dado cuenta, los españoles, quieren una nueva política, es lo que habían prometido los vencedores, por lo tanto, hay que ir directo a los problemas y dejarse de retórica.

Lo complejos y las tácticas, son los “rollos” que los asesores de los partido se inventan, pues casi todos, salvo Miguel Ángel Rodríguez y pocos más, son contadores de cuentos y no pisan la calle.

Estamos ante las Elecciones Generales, que no están ganadas “a priori” por ningún partido, y toda la seriedad que se de a los procesos negociadores será poco, para evitar que el señor Sánchez, embarre los acuerdos.

Ni el PP, puede pretender que Vox, les de un “cheque en blanco”, ni Vox, puede pretender, pedir cosas que superen el acuerdo y la sensatez.

Es una cuestión de equilibrios y de querer lo mejor para los cioudadanos; lo contrario es entrar en un “bucle” muy peligroso e irresponsable.

España, necesita cambios muy importantes y sólo desde la verdad y la generosidad se podrá salir de una situación que es grave en lo social y en lo económico.

Pertenecer a un partido político, no debiera de ser lo mismo que ser seguidor de un equipo de futbol, sino el ser un servidor del bien común a través de unas ideas.

VOX no contamina a nadie que no quiera. Vox, es un partido que defiende la Constitución y que tiene una visión de España legitima, pueden estar acertados o desacertados en sus planteamientos, pero respetan la ley y son personas, que merecen todo el respeto y dignidad, además representan a millones de españoles.

No puede ser, que se homologue a los comunistas, que no condenan la terrorífica dictadura de Venezuela, con crímenes de lesa humanidad, se hable bien de Bildu o de Ezquerra Republicana y a un partido que defiende la Constitución, se diga que contamina.

Lo que contamina, es la mentira, el engaño, el defender lo indefendible, el relativismo de los seres humanos y de gran parte de la clase política.

Las ideas de Vox, no son un peligro para la convivencia, como son las ideas de otros partidos que quieren romper la unidad de España y la convivencia entre españoles.

Los demócratas de verdad, no debiéramos consentir los “apartheid”, por meros intereses particulares y globalistas, porque así es como realmente se rompe la convivencia entre españoles.

Lo contrario, es querer engañar y tratar de señalar a personas y grupos como políticamente apestosos, sin motivo o verdad alguna, gusten o no gusten sus ideas.

Es decir, que los que insultan a particulares indefensos, como hemos visto en la campaña electoral reciente, son demócratas y o ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽yes hay que obviarlesa electoralrecienteus ideas.na sy grupos de otros partidos que queiren romper lalos que respetan la Constitución y las leyes hay que obviarles, es el mundo al revés.