SACAR COSAS POSITIVAS DE LA DESGRACIA

Estamos preocupados, desorientados ante la grave crisis del coronavirus.

Parece que el ser humano del siglo XXI, que cree controlar todo, saber todo, ve resquebrajada “sus cuadernas”.

Sí, el ser humano, es un ser limitado, por mucho que avance la ciencia, siempre estará aprendiendo, por ello, nuestra forma de ser y vivir debieran de ser más lógica, más humana, más sincera, más solidaria.

Sin embargo, la crisis del coronavirus pasará; es verdad que dejará daños muy importantes: perdidas de vidas humanas, perdidas de empleos, recesión y otras consecuencias.

Pero también, de esta grave situación, debiéramos sacar consecuencias positivas como seres humanos: humildad, solidaridad, unión y también un baño de humildad que falta nos hace.

El refrán lo dice: “No hay mal que por bien no venga”. Quiero decir que dentro de la gran tragedia, aprenderemos muchas cosas y quizá nos ayude a replantearnos también otra muchas.

En este tiempo de estar en casa, podemos meditar, pensar de donde venimos y a donde vamos, rezar no sólo con oraciones conocidas, sino con el pensamiento y deseo de bien, leer buenos libros y por supuesto preocuparse de la familia y los amigos aunque sea vía telefónica o telemática.

En definitiva, de esta pandemia tenemos que aprender y ojalá salgamos de ella siendo mejores personas, pidamos al Señor su fuerza y guía, con confianza.