La manipulación y la mentira empiezan a ser insoportables, por ello, desde un espíritu crítico que busca la verdad y el bien, hay que combatir con altas dosis de sentido común y razonamiento tanta exageración y tanta mentira cuya causa no aceptamos a comprender.
Como siempre decimos, no se trata de negar la existencia de un virus llamado COVID-19 que ha causado muchas muertes y que es fácilmente transmisible, se trata de buscar la verdad y poner en una autentica dimensión la pandemia y combatir el miedo tan dañino con una información real y equilibrada, lejos de toda ocultación y de todo interés.
Según la OMS, cada año mueren en el mundo ocho millones de personas como mínimo a causa del tabaquismo, también mueren según la OMS diecisiete millones y medio de personas debido a enfermedades coronarias y así podríamos seguir con otras enfermedades.
Los fallecidos por COVID, datos actuales a nivel mundial son en estos momentos un millón cuatrocientos mil, gran parte padecían otras enfermedades previamente.
Los datos no resisten comparación alguna, sin embargo, todos los días nos sacan las televisiones las UCIS con enfermos de COVID, pero no de cáncer ni de otras enfermedades.
Tampoco se dice, que el grado de mortalidad en personas jóvenes muy bajo y que el riesgo esta en personas con el sistema inmunitario debilitado debido a otros padecimientos o a la edad avanzada, teniendo en cuenta que la edad media de los fallecidos por COVID en España es de casi ochenta y seis años y la media de esperanza de vida ochenta y tres.
La cuestión en definitiva, no es negar la enfermedad que existe, sino de modular la respuesta y el daño social y humano que esta generando una respuesta totalmente desproporcionada, un daño en algunos casos irreversible.
Otros “agujeros negros” de esta pandemia, son la falta de autopsias para conocer las causas reales de muchas muertes que aludiendo un riesgo de contagio se aconseja no realizar, el resultado de los confinamientos extremos sin resultados tangibles y el interés en la redes sociales y en gran parte de los medios por hurtar un debate serio con opiniones contrapuestas.
Por todo ello, cada vez es más claro que hay algo que se nos escapa a las personas normales, es como si se siguiera un guión previamente establecido y el que se salga del mismo es calificado de negacionista e irresponsable y es arrojado al “foso de los leones” de la opinión pública de forma inmisericorde.