Según recoge el informe titulado “45 años de evolución económica y social de las Comunidades Autónomas (1975-2020) elaborado por las Cámaras de Comercio y el Consejo General de Economistas, Cantabria ha sido la Comunidad Autónoma en la que menos creció el Producto Interior Bruto por habitante en los últimos 45 años, en concreto un 1,90 por ciento.
Este dato por si mismo demuestra todo un fracaso político y social en este periodo de tiempo. Un fracaso de los dirigentes políticos, incapaces de realizar unas gestión potente que aprovechara las grandes posibilidades que tiene sin duda nuestra Región.
Un fracaso incluso de la propia Autonomía, basada desde su inicio en que nosotros a pesar de nuestro tamaño éramos autosuficientes en la gestión.
Cuarenta y cinco años después, se puede comprobar todo lo contrario: una administración regional que nos sale muy cara, falta de recursos para poder hacer grandes proyectos a pesar de ser una de las Comunidades más beneficiadas por el actual sistema de financiación.
Seguro, que no todo se ha hecho mal, ninguna labor se debe descalificar por completo, pero los datos son claros: nuestros jóvenes emigran a Madrid o a otros países europeos, nuestra tasa de nacimientos es de las más bajas, el mundo rural esta casi desapareciendo y tenemos un clase política, sin criterios claros de lo que hay que hacer y más pendientes de sus cargos y prebendas.
Eso si, nuestros líderes, son expertos en vender “humo” y grandes proyectos, año tras año, proyectos por cierto, casi nunca llegan a realizarse, creo que sobran los ejemplos.