LA CUESTIÓN ESTÁ EN LA CALLE

Otro magnifico articulo del Doctor Luis de Benito, que reproducimos de su Blog

Algunos hablan de revuelta social. No sé si es cuestión de revuelta pero no me cabe duda de que el problema es social. Hace días alertábamos de la censura en los medios de comunicación en manos de quienes quieren que solo se den unas noticias pero no otras, de mostrar exclusivamente una realidad, la que les interesa para seguir sembrando miedo. El problema más severo para la salud de los ciudadanos en este momento no es un virus ni unas vacunas, es el miedo provocado por la desinformación. Cuando existe un compromiso con la salud, cualquier sanitario tiene la obligación de ponerlo en conocimiento de las autoridades. Y cuando esto se hace, cuando se pone en conocimiento el absurdo de las medidas y el desconcierto que provocan, la sorpresa puede ser recibir como respuesta un “ya lo sabemos, precisamente es lo que se pretende”.
La actitud de quien esto escribe, el ánimo divulgador y conciliador, siempre me ha llevado al debate para confrontar lo que la ciencia da de sí, lo que nos puede ayudar, lo que está claro o confuso. La actitud dialogante nos ha enseñado que cuando el interlocutor insulta, o desacredita de forma gratuita con odio o resentimiento, es porque se ha quedado sin argumentos o el miedo anida en su conciencia. En numerosas ocasiones he advertido en mi canal contra la trampa del odio: nunca se debe perder la educación ni faltar al respeto. Y si por un arranque de ira nos pasa, es conveniente saber pedir disculpas. Quien se siente convencido de que está en la verdad, no debe azorarse si no encuentra las palabras o modo adecuado de hacerse entender por los demás, porque en ocasiones no es una cuestión de lo que uno dice sino de lo que el otro es capaz de asumir.
Con el párrafo anterior, quiero enfatizar que mi previsión es que las posturas sociales respecto a la crisis tienden a radicalizarse. Los sembradores de odio buscarán el modo de incrementar el miedo de los asustados para hacer ver que los que no tenemos miedo ni motivos para ello somos el verdadero peligro social. Nada más lejos de la realidad. Preparémonos para las calumnias y difamaciones, elementos propios de la desinformación.
Nuestro comportamiento debe ser amable a la vez que firme, con la convicción de quien desea que los demás disfruten de la libertad que uno ha logrado al desconectarse de las fuentes del odio. No dejéis de sonreír y saludar, que son los cimientos de la genuina paz interior y la felicidad. Eso es lo que tenemos que contagiar a los que tenemos alrededor, y gracias por seguirme en Telegram (@DrDeBenito) y hacer más grande el número de los que sonríen. Vivir con odio y miedo no es vivir.