La tendencia de este Gobierno a declarar estados de alarma, es preocupante, máxime, cuando se pretende hacer una especie de “ingeniería social” para controlar todo, sin que nadie controle al Gobierno.
Pedir un estado de alarma sin ir cada quince días a renovarle al Parlamento bordea la Constitución, creo que incluso la puede vulnerar en su espíritu y convierte a los ciudadanos en seres temerosos, todo, por supuesto con la colaboración de algunos medios de comunicación y la falta de una respuesta categórica y ejemplar de la oposición.
Con el “mantra” de una falsa unidad se trata de estigmatizar a cualquier disidencia por muy razonada que sea.
La sociedad debe reaccionar desde la moderación y decir al Gobierno que tome medidas que tengan resultados contrastados y no decretar “sin sentido”.
Se pueden garantizar los derechos constitucionales y la salud, para ello hace falta una gestión sanitaria distinta porque los datos están avalando que nos han estado engañando durante años, diciéndonos que teníamos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, también lo dijo el señor Sánchez en los primeros meses de este año; sin embargo ,los hechos demuestran lo contrario, el número de fallecidos en España es muy superior al de nuestro vecinos europeos y algo por lo tanto falla.
Nadie da explicaciones del por qué el número de fallecidos en España en los datos de otoño son muy superiores en algunos casos, en cifras que nos debieran de dar vergüenza, sobre todo al Gobierno y al propio sistema sanitario que debe de buscar los motivos, porque lo números son muy claros.