Desde el 21 de Marzo aproximadamente, camino ya de cuatro meses, el estado de Texas, levantó cualquier tipo de restricción y uso de mascarilla, libertad total en todo los sentidos.
Nada ha sucedido, sino todo lo contrario, tiene mejores datos que otros estados que tardaron más, aunque por fin ayer se ha vuelto a la total normalidad incluso en el estado de Nueva York.
Aquí en esta España nuestra, campeona de la incompetencia y parece que de la mentira y exageración, tenemos que seguir aguantando las mascarillas con treinta o treinta y cinco grados de temperatura, en medio de una resignación que empieza a ser frustrante, para cualquier persona que quiera informarse sobre la verdad.
Niños y adultos con mascarilla, sudor, menos capacidad de oxigenación, en medio de una gran mentira, la mentira de que en plena calle el virus llega a nosotros, como si nos estuviera esperando.
De nada sirve que hayan surgido nuevas enfermedades a causa de la mascarilla y de que alguna personas lo pasen muy mal aguantando el llamado “barbijo”, es igual, no es ciencia, es dominio sobre los demás y a veces parece que un experimento de sumisión.
Una sociedad que no es critica, que no se interesa por los asuntos importantes e intoxicada por la práctica mayoría de los medios de comunicación, es una sociedad que lleva camino de su propia destrucción.