La incoherencia de occidente, que viene de atrás en las relaciones con regímenes que no respetan los derechos humanos y que en algunos casos tienen conductas que rozan lo criminal es un asunto de suma gravedad y cuanto más tiempo pase pero será.
Se sabe, que algunos países del Golfo Pérsico, han ayudado de manera notable a los talibanes, se sabe, que gran parte de esos países no respetan los derechos más básicos del ser humano y que su forma de discriminar a la mujer también atenta contra cualquier principio y derecho.
Sin embargo, sus dirigentes se pasean por occidente con total normalidad, distorsionan los mercados como sucede en el sector aéreo, invierten en compañías occidentales sin casi ninguna restricción.
Estados Unidos y los países occidentales miran hacia otro lado, prefieren los petrodólares que la dignidad y la verdad, mientras que en Europa se ponen muy puntillosos con todo tipo derechos, incluso algunos “descabellados”.
Vivimos en un entorno de hipócritas y relativistas del “tres al cuarto”.
Unas sociedad de hipócritas, que piensa en el coche eléctrico y por otro lado, manda a la miseria a cientos de personas con sus decisiones absurdas y deja el poder en manos de un globalismo desenfrenado.
Atacan al primer Ministro de Hungría, por defender el derecho de los padres a dar la educación sexual que crean conveniente a sus hijos, pero callan ante las dictaduras corruptas árabes, mientras, la UE es capaz de mandar a un representante a Teherán a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán, un personaje con muchas acusaciones en su haber.
Occidente esta en serio riesgo de seguir siendo como era, por culpa de las continuas cesiones de sus gobernantes y de los intereses del globalismo.