En pocas horas queridos lectores podrán disfrutar de ir a cara descubierta por la calle, sin necesidad de soportar la mascarilla, su sudor, nuestro propios reflujos, por el capricho de unos señores, que quieren mostrar su poderío sobre el resto y por lo tanto su sometimiento.
Claro que hay estudios para todo, pero la realidad es que el hombre ha vivido miles y miles de años sin mascarillas y en contacto con los virus, es algo natural y para ello tenemos el sistema inmunológico.
Los políticos en un plan de sometimiento quieren tener a la sociedad en un puño y no les importa mentir y engañar con tal de ellos tener siempre razón.
El miedo criminal, al que se ha sometido a la población debiera de tener un justo castigo, hemos llegado a escuchar cosas de un Presidente de Comunidad como la siguiente. “la mascarilla nos recuerda que estamos en una pandemia”.
Si, más o menos ha sido se expresado el Presidente de la Comunidad Valenciana, por otro lado nuestro Presidente de Cantabria, dice que aunque se permita ir si ella él la llevará siempre.
Estamos rodeados de políticos que se creen científicos y no leen, no se informan, no escuchan de forma plural y viven en su burbuja interesada.
Llevar mascarilla es lo mismo que ir con un coladero a coger agua del mar, porque se pueden filtrar entre los poros de las fibras.
No miento, digo la verdad, pueden preguntar y ver el tamaño de un virus y las mascarillas.
Entre el número de contradicciones, cuando no mentiras, o exageraciones que dicen nuestro políticos y lo que dice por ejemplo, la Dra. Margarita Griesz Brisson, neuróloga y directora del The London Neurología Pain Clinis de Londres y con un currículo impresionante, por supuesto, que sigo los consejos de esta señora, que dice los siguiente:” Privar al cerebro de un niño o un adolescente de oxigeno o restringirlo de cualquier manera, no sólo es peligroso para la salud, sino que es absolutamente criminal. La falta de oxigeno inhibe el desarrollo del cerebro y el daño resultante no puede ser reparado”. Cuando dentro de diez años la demencia aumente y las generaciones más jóvenes no puedan alcanzar su potencial innato, no servirá de nada decir “que no necesitábamos las mascarillas”.
Es verdad, que puede haber algunas mascarillas muy perfeccionadas que sirvan, no lo negaré, sin embargo, pueden ser causantes de otros problemas colaterales de lo que no se hablan.
Estamos en permanente contacto con coronavirus, y sólo desde el sometimiento absurdo y la creación de miedo tiene sentido la mascarilla.
Disfruten del aire del mar, de la montaña, del campo, sean libres, no tengan miedo, tomen el sol y disfruten del regalo de la vida, el miedo nos debilita y debilita nuestro sistema inmunológico.
Que ningún político nos quite la libertad, ni nos someta.