La concordia, la unidad de la sociedad, es un bien de todos, sin distinción y ello es fundamental para el desarrollo armónico de una sociedad libre.
El señor Sánchez, con sus aliados radicales y contrarios a todo consenso y más interesados en la crispación porque creen que da frutos políticos, no pueden hacer a la propia sociedad, caer en la “trampa” de la crispación.
Los ciudadanos de bien, la inmensa mayoría, piensen como piensen, quieren paz, libertad y prosperidad, estos valores los preserva la Constitución, una Constitución, que todos debemos respetar, por lo que la actuación poco respetuosa de algunos políticos sobre los Magistrados, más parece de países donde la división de poderes no se respeta.
El señor Sánchez y su intento con decisiones al límite, de dividir y crispar, no puede hacernos al restos de la ciudadanía caer en la crispación y mucho menos en el enfrenamiento.
Respetar la ley por todos, sembrar concordia y defender la verdad y la libertad, son valores intrínsecamente buenos y recomendables, en una situación como la que vive actualmente España, por culpa de un clase política irresponsable, sobre todo, desde un Gobierno en el que algunos miembros, parecen haber entrado en una dinámica muy peligrosa, con sus declaraciones, por la cual habría que pedirles responsabilidades.
A los españoles, en su inmensa mayoría es mucho más lo que une que los que nos separa, por mucho que alguno intenten esto último, demostremos cordura y buen juicio, sin miedos.