Cunado les escribo este articulo, la temperatura en Davos, es de siete grados bajo cero, por lo tanto, el calentamiento global, no afectará los llamados líderes mundiales del Foro Económico, que parece se trasladan allí cada año para recibir instrucciones de los más poderosos de este mundo.
Hotel de súper lujo, agasajos de todo tipo, no falta de nada, para hacer felices a los personajes que por allí “pululan”.
Mientras, los aparcamientos de los aeropuertos más cercanos, se encuentran colapsados de aviones privados de muchos millones de dólares.
Allí estos personajes, nos dictarán que tipo de mensajes tienen preparados para este año, que tipo de exageraciones y mentiras, para someter a una sociedad cada vez menos libre y con menos capacidad de elección.
Esta reunión de Davos, les encanta gran parte de los dirigentes, por el mero hecho de compartir comidas y cenas, con gente muy poderosa, que puede protegerles o ayudarles en sus momentos de debilidad; el poder siempre ha sido así.
Este año, viendo que la sociedad está reaccionado y que las cosas en Estados Unidos, se están poniendo mal para sus intereses, debido a el incontrolable Donald Trump, que sube como la espuma en las encuestas, hay que estar atentos a que tipo de tragedia nos anuncian o que “máquina de miedo” utilizan como hicieron con las medidas tomadas por el Covid; dado que también en Europa parece complicarse las cosas para sus intereses.
El foro de Davos, es la historia permanente de un fracaso social y sobre todo de valores, porque sus políticas representan los peor para la libertad y prosperidad de la mayoría de los seres humanos.