Hemos conocido, debido a una nota de la asociación LIBERUM, que el Ministerio de Sanidad impuso durante la pandemia el uso de mascarillas sin ningún tipo de informe técnico previo.
En realidad, esta información no es de extrañar porque científicamente no está demostrado, que la utilización de la mascarilla aporte más beneficio que perjuicio.
Partiendo de esta premisas, tenemos además, que en España, se declararon inconstitucionales dos estados de alarma, es decir, nos tuvieron encerrados de forma ilegal; después, se ha visto que también de forma innecesaria, como ya advertían importantes científicos, a través de la declaración de Great Barringthon, que los encierros no resultaban necesarios y tenían serias repercusiones de todo tipo como depresiones, ansiedad y otros tipo de padecimientos.
Por si fuera poco, los tratamientos inadecuados, la falta de recursos de todo tipo, contribuyeron al aumento del número de fallecidos, principalmente, personas mayores y con otros padecimientos que complicaron aún más su estado.
Para colmo de desastre y de desvergüenza, ahora, tenemos las presuntas ilegalidades o irregularidades, con gran enriquecimiento de algunas personas de confianza o relación con el Gobierno de la nación, por el negocio de las mascarillas.
El llamado caso de Koldo García, ex asesor del ex Ministro José Luis Ábalos, que se investiga por la Audiencia Nacional, con más implicados y ramificaciones, es una prueba, al margen de lo que dicten en su día los Tribunales, de la falta de escrúpulo y la sensación de impunidad no sólo desde el poder, sino desde personas con puestos clave para poder mediar y hacer negocios muy fructíferos, aprovechando una pandemia y la urgencia y por lo tanto, la falta del control habitual de los procesos de contratación.
Empresas, que pasaron de no tener actividad prácticamente, a mover millones de euros.
En definitiva, la gestión de la pandemia ha sido sin duda, con creces. el mayor escándalo de la democracia, tanto por las mentiras vertidas, como por la falta de rigor y respeto a los derechos de los ciudadanos, como por el número de fallecidos.
Decía el señor Sánchez, en una de sus comparecencias durante la pandemia: “Saldremos más fuertes “, sin duda, una frase obscena recordando lo vivido y la falta de gestión y vergüenza en la actuación de un Gobierno que visto lo visto no respeta a los ciudadanos y su inteligencia.