Acabamos de sufrir a nivel mundial, la caída de un sistema informático de Microsoft y las gravísimas consecuencias que a nivel global se han sufrido en medio mundo.
Hemos visto como colapsaban sistemas informáticos de aerolíneas, de hospitales, de empresas, de instituciones de diferente tipo y servicios.
La sociedad moderna, que se cree poder dominar casi todos, ha quedado a merced de sus propios errores y de haber creado un sistema global, que parece muy vulnerable.
La reflexión, debiera de ser profunda, pero dada la crisis mundial de dirigentes (los peores en décadas), seguro que no se arbitraran medidas oportunas, para evitar en el futuro lo que pudiera ser una catástrofe mundial si colapsan los sistemas interconectados, sin los «cortafuegos» oportunos, para evitar consecuencias tan graves como las que se han tenido que padecer en algunos hospitales de medio mundo, que incluso pueden costar vidas humanas.
En realidad, la meditación que una inteligencia prudente debiera hacer; es comprender la fragilidad del ser humano, su limitad capacidad, a pesar de los avances y que el propio ser humano, puede ser debido a su propia ambición, enemigo de si mismo, como tantas veces ha ocurrido en la historia de la humanidad.
Necesitamos como sociedad, muchas dosis de humildad y de personas prudentes y sabias, quizá más nunca en siglos.