Autor: Gervasio Portilla

Nos esperan unos meses de propaganda y demagogia y también de mentiras, por parte de las diferentes fuerzas políticas, que sustraen a la sociedad de debatir y solucionar los auténticos problemas de nuestro país.

Asuntos tales, como implementar medidas para combatir la baja natalidad, sostenibilidad de las pensiones, reducción de la deuda pública, conseguir una administración eficaz y posible de mantener, y otros temas de interés, no serán debatidos ni se tomaran medidas al respecto.

Sin embargo, se hablará de memoria histórica y se abrirán otras zanjas más, para dividir a los españoles entre buenos y malos y así tenerlos entretenidos, no vaya a ser que se den cuenta que se les engaña.

Serán meses de ataques personales entre los políticos y de poca racionalidad, en vez de pensar, como todos unidos sacamos a este país de la crisis y solucionamos los problemas que nos acechan. Todo esto y algo más, sucederá en los próximos meses. Una desgracia para la convivencia

El continuo aumento de la deuda de nuestras administraciones públicas, es un riesgo a medio plazo de consecuencias desastrosas para los ciudadanos, que verán como se recortan servicios públicos y como se implementan otras medidas de impredecibles.

Es mejor conocer un ejemplo, para ello, nos centrarnos en nuestra Comunidad de Cantabria, en donde la deuda no ha hecho más que crecer desde el año 1.994; pero de forma continua y más grave desde el año 2.007 en donde la deuda de Cantabria se situaba en 434 millones de euros, a partir de ese año, no ha hecho nada más que crecer, hasta llegar a los 3.171 millones del pasado ejercicio y la previsión de este 2.019, que puede ser de 3.300 millones de euros.

Nuestro políticos no acometen medidas estructurales ni de ahorro, para frenar esta situación que nos puede llevar a una profunda crisis, en el momento en que suban los tipos de interés.

Llama poderosamente la atención, como en los últimos ocho años se ha duplicado la deuda de Cantabria, pasando de los 1.293 millones de año 2.011 a los 3.171 del 2.018.

Mientras, nuestro dirigentes, engordan con cargos de confianza nuestras instituciones y no ponen remedio a una grave amenaza para las próximas generaciones.

Ya tenemos elecciones en Noviembre, tal y como quería el señor Sánchez.

En verdad, es mejor que vayamos a elecciones, que tener un gobierno con Podemos .

Sin embargo, dicho esto, también hay que decir que el señor Sánchez no ha querido los votos del PP y Ciudadanos.

Si los hubiera pedido y les hubiera ofrecido algo y además, no hubiera consentido el gobierno de Navarra gracias a Bildu, casi seguro que los hubiera tenido.

El señor Sánchez, quería un apoyo gratuito, sin contrapartidas y cesiones con sentido común.

Por otro lado, Sánchez ,no podía tener a Podemos en su gobierno, porque sabia que la prima de riesgo se desbocaba y que en Europa no iba a ser bien visto y por lo tanto tendría consecuencias, incluso en nuestra fundamental relación con Estados Unidos; pero por otro lado, no quería los votos del centro derecha para seguir con su “mantra” de supuesto progresismo e igualdad, por cierto, palabras vacías de contenido.

Ahora, empezaran los medos televisivos de siempre a preparar las elecciones, con el control de los medios públicos por otro lado.

Mientras, la deuda púbica de España se dispara, la economía paralizada, el paro aumentando y los ciudadanos recibirán dosis a todas horas de publicidad directa e indirecta de lo bueno que es el señor Sánchez.

Enfrente, una oposición sin prestigio ni ideas claras, es decir, la tormenta perfecta sobre nuestro país.

El Partido Popular, necesita una portavoz o una portavoz en el Congreso que “sintonice” y no cree problemas.

El PP, tiene su vivero de votos en el centro político, en personas de clase media y no puede dar la sensación de tanta desorientación como la que acaba de dar la actual portavoz Cayetana Alvarez de Toledo en la relación con sus compañeros del País Vasco.

El PP, necesita personas preparadas pero sencillas y capaces de vivir apegados a la realidad actual y no sentarse sobre dogmatismos intelectuales, que para un sector pueden resultar interesantes, pero no para la mayoría que pueden ver con razón o sin ella atisbos de prepotencia y hasta de cierto orgullo.

La humildad es un bien en si mismo, siempre que sea sincera y la clave del futuro debiera de estar en políticos capaces de “sintonizar” con una sociedad muy compleja y con pocos valores.

Para poder dar ejemplo de valores, es necesario tenerlos y dar testimonio diario con hechos de ponerlos en práctica y no dedicarse a querer parecer más inteligente que los demás porque al final se creara un “boomerang” que conseguirá los contrario de lo que se pretende.

Señores de la dirección nacional del PP, un poco de humildad y sentido común.

La victoria de España sobre Argentina y la consecución del Campeonato del Mundo de Baloncesto, es la mejor muestra de que la unidad hace la fuerza y que cuando los seres humanos ceden de si mismo y se sacrifican, alcanzan éxitos y reconocimiento.

Unos jóvenes, algunos ya con experiencia han dado una lección de humildad y de buen hacer a tanto personaje estúpido como “pulula” en la sociedad actual de este país.

El esfuerzo ha sido compartido, primero, fueron unos casi desconocidos jugadores, lo que en las “ventanas” de clasificación, con un equipo de hombres y no de nombres, consiguieron clasificar a España y hacer posible su presencia en el Mundial, la mejor prueba de un esfuerzo compartido que han rematado de forma extraordinaria en esta fase final, otros jugadores también extraordinarios y ejemplares, dirigidos por un entrenador no menos extraordinario y ejemplar, Sergio Scariolo, al que habría que dar un titulo nobiliario como se hizo con Vicente del Bosque.

Aunque sea por unas horas, unos jóvenes y sencillos deportistas, nos han hecho felices y han demostrado que cuando este país se une, es capaz de conseguir las metas más grandes. Gracias a todos por hacerme disfrutar siendo español.

Puedo entender y de hecho lo entiendo, que los pactos políticos, obliguen a veces a tomar decisiones un tanto contrarias a las que se piensa o defiende, pero eso es competencia política, que sólo obliga a los que firman un pacto, sin embargo, no obliga a los ciudadanos en general, que obviamente son libres para defender lo que crean más conveniente según su entender.

En cualquier puerto de la costa del Atlántico Norte, del Mediterráneo; se pueden ver muros o espigones protectores, como el inacabado de la playa de La Magdalena.

En unos casos, se utilizan para proteger puertos y otros playas o humedales.

Se pueden publicar cientos de fotografías sobre el particular, sin embargo, el que unos pocos hayan utilizado como arma electoral su oposición a esta necesaria obra, sin una solución técnica alternativa a la construcción de los diques de la Magdalena, no debiera servir para que se “tire al mar”, nunca mejor dicho, lo gastado en una obra necesaria.

No esta España, para caprichos de unos pocos y mucho menos para hacer “política” de vía estrecha, con el dinero de nuestros impuestos; por lo tanto, debiera la sociedad civil manifestarse con libertad y decir que si tenemos técnicos en las Administraciones, como tenemos, debiéramos fiarnos de ellos, máxime en este caso, estudiado durante tanto tiempo por profesionales de reconocida valía.

Pero en España, como dijo una Ministra hace tiempo, parece que el dinero público no es de nadie, por lo tanto nadie dirá nada, total, a algunos no les parece importarles el “disparado” déficit del Estado que casi llega al cien por cien del PIB. Todo un sin sentido.

Se puede entender que no haya acuerdo para formar Gobierno, aunque también este asunto sea discutible; pero no se puede entender que el periodo medio de pago de las Comunidades Autónomas, se dispare por falta de liquidez, debido a que la parálisis política, lleva a las Comunidades a retrasar sus pagos por no recibir del Estado las cantidades previstas.

El periodo medio de pago de las CAA, en algunos casos supera ampliamente los sesenta días y se ha generado por parte de las Comunidades Autónomas una deuda comercial de 4.898 millones de euros, esta cantidad en vez de estar en la tesorería de las empresas y autónomos a los que se les adeuda, está en las arcas del Estado.

Esta deuda injusta y abusiva, genera en las empresas grandes problemas por falta de liquidez para afrontar su pagos, teniendo que recurrir a créditos para hacer frente a sus compromisos de pago o retrasar sus obligaciones, creando una cadena que paraliza la actividad empresarial.

Sólo en una nación dirigida por aprendices o irresponsables, puede ocurrir este tipo de circunstancias que debiera de tener una fácil solución.

La clase política, lo hemos comentado varias veces, se ha convertido en un problema para el buen funcionamiento del país, incompetencia por casi todos los lados y desconocimiento de la gestión y de la responsabilidad.

 

 

Con absoluta sinceridad, creo que voluntaria o involuntariamente el Presidente del Gobierno en funciones hacer un a favor a España, no incluyendo al comunismo rancio y antiguo de Podemos en el Gobierno.

Basta de fariseísmo, por parte de los partidos de la oposición, ofrezcan un pacto coherente al señor Sánchez y si no lo acepta será el momento de pedirle responsabilidades.

Me gustaría, que la decisión de no incluir a Podemos en el Gobierno fuera sincera, porque indicaría que al señor Sánchez le importa de verdad el futuro de los españoles.

Se imaginan personajes demagógicos y radicales sentados en los Ministerios, sería algo así como dejar que España perdiera credibilidad ante sus socios occidentales, y lo que es peor, entráramos en un espiral de medidas demagógicas que nos llevarían a la ruina.

Por lo tanto hay que ser justos, el señor Sánchez, actúa correctamente no dejando que los señores que representan el “populismo” más radical y peligroso se sienten en el Consejo de Ministros. Decisión responsable, que debiera de explicar a los españoles mejor y decir la verdad.

La existencia de un clase media fuerte y con capacidad de gasto, es la mejor garantía de estabilidad social y económica en cualquier país.

Sin embargo, en España, esta perdiendo fuerza la llamada clase media en beneficio de las clases más bajas y más altas, es decir, se esta produciendo después de la crisis económica, una sociedad más dual, con los riesgos que se pueden originar a medio plazo si no se corrige la situación, que a pesar de ello, todavía no es de total gravedad, pues la clase media, según un estudio de La Caixa recogido por El Confidencial, representa 59,30 por ciento, situándose en la media de los países de la OCDE.

La clase media, es la que soporta sin duda más presión fiscal y hasta cierto punto, la peor tratada por las diferentes Administraciones, al ser poco conflictiva.

Sin embargo, las clases medias son garantía de justicia social y de dignidad de la persona y el mejor antídoto contra el populismo de cualquier signo.

Un aumento de las diferencia sociales, supone un riesgo evidente de desestabilización y de otras perversas consecuencias, para una convivencia en paz y libertad.

Parece ser, que la Asociación de Editores de libros de texto, ha denunciado que algunas Comunidades Autónomas, les han presionado para recoger cuestiones que no corresponden a la verdad o para ocultar datos concretos de la historia y la geografía.

Hay Comunidades, que no les gusta que se hable de los Reyes Católicos, me supongo para no dar a conocer la reconquista, ni la unidad de España, a otras no les parece interesante que se conozcan los ríos de la península Ibérica.

En definitiva, toda una atrocidad intelectual, el tratar de ocultar la verdad, cuestión que no es de extrañar, dado que una parte muy importante de la clase política utiliza la mentira por doquier y se creen que todo debe de ser a su antojo.

El sistema autonómico, se basa en la lealtad institucional, si la lealtad institucional no se produce el sistema no podrá pervivir.

Es más que necesario, urgente, un reforma de este sistema, que corrija los excesos que se producen continuamente en diferentes materias, desde las ayudas a las empresas en alguna Comunidades, a las condiciones fiscales en algunos territorios como los Forales.

Se puede decir sin miedo a equivocarse, que el sistema actual territorial se encuentra en un grave crisis, que de no abordarse puede originar consecuencias imprevisibles en un futuro próximo.