PARA PODER DECIDIR HAY QUE ESTAR BIEN INFORMADO

Cuando a la población en vez de infórmala y que luego opine libremente, se la trata de imponer, con razones de momento no muy convincentes, sucede lo que esta sucediendo con las vacunas o productos contra el COVID_19.

Vaya por delante, que las vacunas a través de la historia de los últimos años nos han evitado muchas enfermedades y han supuesto un avance gigantesco.

Sin embargo las actuales vacunas, pueden ser efectivas y no tener secuelas, pero de momento y como muchos científicos habían advertido tienen algunos graves problemas, que han puesto a la población en guardia.

El principal problema, es la discusión científica, sobre si era necesario una vacuna para una enfermedad con una mortalidad que no llega al uno por ciento y para la cual cada vez hay más tratamientos y la segunda cuestión es el poco tiempo de experimentación de sus secuelas y funcionamiento.

Los que no entendemos del asunto, tenemos derecho a escuchar a todas la partes y luego cada uno tomar una decisión libremente, en modo alguno se debiera hurtar como esta sucediendo en España, las voces contrarias al proceso de vacunación, tengan o no tengan razón, pues son voces libres que tienen derecho a dar su opinión . El mero hecho de cortar o cercenar la libertad de opinión científica, da lugar a más dudas y a más motivos de rechazo.

La libertad, siempre debe de ser bienvenida.

La nefasta gestión mundial del asunto viene motivada por el oscurantismo del proceso, los intereses políticos y el silencio cómplice de muchas instituciones.

Vacunas si por supuesto, pero con todas las garantías ahora, no sirve el “rollo” de que el beneficio es mayor que el riesgo, porque es un insulto a la inteligencia.

Estos “papagayos” que dicen eso, no se atreverían a decirlo a la cara de un familiar de un fallecido.