Los servicios bancarios y cajeros automáticos van desapareciendo de algunos de los pueblos más pequeños de la geografía española.
Los habitantes de estas localidades, parecen ser ciudadanos de segunda categoría para la mayoría de las entidades bancarias, basta el ejemplo, que en Galicia en muy pocos años se ha pasado de 2.500 oficinas que prestaban servicio a 1.190 en la actualidad.
Los bancos pretenden que las redes y la tecnología sea asimilada por personas que en una gran parte “peinan canas” y por lo tanto las nuevas tecnologías en algunos casos es poco menos que imposible de manejar.
Cuando se habla tanto de luchar contra discriminación de cualquier tipo, resulta que a los mayores se les discrimina de manera casi absoluta.
Cada vez peores servicios médicos en los ambulatorios, que por cierto, cada vez están peor atendidos y por lo otro lado, los servicios bancarios más concentrados y a veces para hacer algunas gestión, tienen los habitantes de estas localidades que recorrer muchos kilómetros.
La sociedad, vive pendiente muchas veces de cosas superfluas y olvida aspectos fundamentales en el servicio a nuestro mayores.
Luego, estos políticos tan “brillantes” que tenemos en general, tienen el “cuajo” de hablar de la España vaciada, cuando lo extraño es que todavía resistan muchas personas viviendo en su ambiente, debido a que vamos hacía atrás, en materia de servicios.
Se está generando un sociedad que en vez de cuidar y “mimar” a nuestro mayores se olvida de ellos.