De lo que ocurre en España, ahora parece que sólo tiene la culpa el Gobierno de Sánchez.

El Gobierno de Sánchez, es el principal culpable de la situación económica y social que vivimos, pero en modo alguno es el único responsable.

Los que han justificado o tapado en los medios de comunicación, tanto despropósito, son también responsables, las organizaciones sindicales y empresariales, son también culpables y por supuesto una parte de la sociedad “atolondrada”, colonizada en sus ideas y sin capacidad de crítica.

La situación se ha agravado mucho en la última legislatura, pero los problemas estructurales y políticos de España vienen de atrás, diría que de la últimas décadas, con decisiones mal tomadas, un endeudamiento público muy peligroso y multitud de leyes que ha resultado nocivas para nuestro desarrollo.

El Gobierno de Sánchez, puede ser con su falta de ideas y decisiones mal tomadas, una especie de “puntilla” para el bienestar general y el progreso, pero en modo alguno es el único responsable, del actual desaguisado.

Una sociedad como la española, que parece reñida con la verdad, no puede corregir el rumbo de sus decisiones mal tomadas.

Las clases medias, están perdiendo influencia y capacidad económica y se está creando una sociedad empobrecida ,con un reparto muy desigual de la riqueza, que sólo puede generar a medio plazo tensiones sociales.

En el fondo de la cuestión, esta la quiebra moral de la sociedad, la perdida de la ilusión por el trabajo bien hecho y la práctica desaparición del esfuerzo personal, que es el que hace mejorar a los países y a las personas.

España y Europa, en general necesita una renovación de ideales nobles, una recuperación de los valores morales y sin ello, el declive parece garantizado para muchos años.

Los problemas son muy profundos y no son sólo de gestión, sino de visión de futuro y de formas de sociedad.        EL GOBIERNO NO ES EL ÚNICO CULPABLE

La Armada Española, ya no se llamará en la imagen corporativa de esta forma, sino Armada a secas.

Debe de ser que el siguiente paso propondrán que se llame Armada de las Regiones Autonómicas, para obviar el nombre de España.

Este tipo de decisiones, absurdas, lamentables, tienen como objetivo laminar la idea de España y su unidad, de otra manera, no se tomarían decisiones de este tipo.

El Gobierno, está en este tipo de cuestiones, al mismo tiempo, es incapaz de gestionar los problemas y darles soluciones viables, como estamos viendo con la huelga de transportes.

Ahora, la Armada, puede ser de cualquier país, porque si se obvia España, todo queda en una especie de entelequia.

Una de las características de los tiempos que vivimos, es la preocupación por los asuntos colaterales y mientras se abandonan los temas importantes.

Es vez de quitar y poner palabras, más les valdría a los que toman este tipo de decisiones absurdas preocuparse de las carencias de nuestras fuerzas armadas y de los salarios de los profesionales que las componen.

La cuestión es con perdón, crear polémicas estériles.      

El final político de Pedro Sánchez, parece acercarse, la carrera iniciada con un pacto imposible con la izquierda más radical, aquella que decía le quitaba el sueño y que nunca pactaría y el nacionalismo más rancio no podía dar buenos frutos.

Los frutos que nacen de la mentira permanente, del engaño continuo para disfrutar del poder, puede estar llegando a su termino.

La falta de credibilidad de Sánchez, bate todos los records anteriores de políticos mentirosos, pero al final siempre acaban chocando contra el muro de la realidad y de la verdad.

No sería sin embargo justo culpar al señor Sánchez, de todos nuestro males.

Los elementos colaboradores que han aprovechado su cercanía al poder, me refiero la mayoría de las televisiones y otros medios de comunicación, sin su complicidad no hubiera resistido tanto tiempo y hubiera llegado hasta aquí.

Los sindicatos y organizaciones empresariales, bien regados de dinero, han mirado hacía otro lado, cuando se malgastaba cientos y cientos de millones en cosas poco menos que absurdas y gastos de personal.

Por supuesto, también el principal partido de la oposición, metido en “líos” internos, en vez de hacer una oposición clara y contundente en la defensa de ideas y valores.

Todos, estos actores de la vida pública y política, junto con los magnates del IBEX 35, que han callado y siguen callando son corresponsables, en mayor o menor medida de una gestión tan negativa y que tanto daño nos está haciendo.

Me gustaría equivocarme, porque sería lo mejor para España, pero creo que el final político del señor Sánchez, será muy amargo para él y mucho más para los españoles.              

Las consecuencias de la irresponsable Ley sobre el Cambio Climático, aprobada hace un año en España con el apoyo de los nacionalistas y la abstención del PP, tiene ya sus consecuencias a medio y largo plazo para el bolsillo de los españoles y para el propio futuro del país.

Según ha recogido en sus páginas el diario ABC, España dispone de reservas de gas en el subsuelo para unos cuarenta años, en concreto según las estimaciones realizadas por el Consejo General de Ingenieros de Minas, tenemos enterrado en nuestro subsuelo un tesoro de unos 1,3 billones de metros cúbicos de gas.

Según la citada información de ABC, la mayor parte de estas reservas está en la zona norte, entre Asturias y los Pirineos, incluyendo la provincia de Burgos, también la cordillera Bética y zona de Levante.

Es decir, la gran mayoría de las leyes derivadas del cambio climático son una hipoteca para los ciudadanos y su libertad y prosperidad, por ello es necesario su abolición.

No tenemos en Europa en el momento actual, medios económicos, para acometer políticas que precisamente ralentizan el crecimiento, impiden la prosperidad y nos llevan a la pobreza y a la dependencia de otros.

Lo políticamente correcto, se ha convertido en un “cáncer” para la sociedad, a través normas y leyes absurdas y muchas de ellas imposibles de cumplir y que sólo obedecen a intereses de unos pocos.

Está sería una de las leyes a abolir, por parte de un nuevo Gobierno, junto con otras muchas, pero tengo serias dudas de que llegue al poder, alguien con el “cuajo” suficiente para tomar tantas medidas valientes y necesarias.  

¿Hasta cuando estás dispuesto el Gobierno tener medio país paralizado en sectores enteros y perdidas de cientos de millones?

La sensación de incapacidad del ejecutivo, va en aumento cada hora que pasa, sin reaccionar ante la situación del sector de, transporte y otros derivados de los precios inasumibles, que en algunos casos, han supuesto subidas del cuarenta y cincuenta por ciento en muy pocos meses.

Si la calle se acaba incendiando, ante el hartazgo por la falta de soluciones, algo que por supuesto no deseamos ni sería bueno, sólo habrá unos responsables: el Gobierno de la Nación por no querer negociar.

Esperar hasta el próximo día 29 de marzo, es una irresponsabilidad más incomprensible y peligrosa ante la falta de ingresos de tantos sectores, que se ven afectados en una cadena de repercusión.

No, señores del Gobierno, ustedes no están preparados, nada más que para gastar lo que no tenemos y para preparar leyes inútiles que dividen y nada aportan a la concordia.

Un Gobierno nacido para la publicidad y los políticamente correcto, no sirve para el momento actual que vivimos en España y en el mundo.        

El entramado institucional “cruje” como crujen las cuadernas de un barco cuando hay temporal.

El sistema esta agotado y no porque no sirva, que sirve, sino porque los políticos llevan demasiados años haciendo propósitos de “destrozarlo”.

Han hecho propósito de destrozarlo, al hacer de los partido políticos un fin en si mismo, una agencia de colación de afines y no un medio para servir al bien común y por lo tanto a los ciudadanos.

Los intereses políticos, han contaminado al sistema empresarial de la grandes empresas del IBEX 35, ocupando muchos consejos de administración, a través de las puertas giratorias, han ocupado también directa o indirectamente muchos medios de comunicación por su dependencia económica, la Fiscalía, se ha convertido con le nombramiento de una ex Ministra en organismo desacreditado, y se intenta también influir en el poder judicial.

Por lo tanto, el sistema esta en serio riesgo, por la falta de ética y de verdad en la mayoría de los que debieran de ser ejemplares con su actuación.

La división de poderes esta seriamente amenazada, por el voraz poder de los partidos políticos. Unos partidos políticos cuyos cuadros a derecha e izquierda no han tenido experiencia de gestión fuera de la vida política y están en manos de intereses y agendas propuestas desde el exterior, en definitiva en manos de lo que se llama políticamente correcto.

La manifestación en Madrid de agricultores, ganaderos, cazadores, personas de la España rural que ha concitado más de 200.000 personas en un serio aviso de que esto no funciona y lo que es peor el pueblo no tiene confianza en los actuales gestores y tengo serias dudas de que los próximos, tengan ideas y valentía para abordar las reformas que este país necesita.

Recuperar los valores del trabajo y la verdad, reducir el entramado institucional y por lo tanto el gasto público, más transparencia en el gasto, un sistema educativo que ayude a mejorar el conocimiento, una fiscalía independiente y una justicia cuyo poder judicial sea elegido por los propios Jueces serian aspectos prioritarios.

Una tarea de “titanes” que no se atisba voluntad alguna, pueda ser realizada y por lo tanto el riesgo de que el sistema colapse es real a medio plazo si no se actúa.

No es el momento de los remiendos, España necesita una operación histórica de transformación sino quiere aventurarse a un futuro muy negro.        EL 

Aparentemente es incomprensible desde el sentido común, entender los motivos del Gobierno a negarse a negociar con la plataforma de transportista autónomos, cuando el país está casi paralizado, en cuanto a servicios logísticos y transporte de mercancías, repercutiendo en el servicio de abastecimiento de productos básicos y perecederos y por supuesto en otros servicios del sector industrial.

Esta negativa a la negociación por parte del Ministerio de Transportes, sólo puede deberse a la soberbia y a la prepotencia, a la falta de ideas de cómo solucionar la situación o al intento de seguir prolongando la huelga, con los precios del gasóleo actuales y por lo tanto recaudando más.

El “cabreo” de la sociedad española, no lo frena ya ni las televisiones ni la prensa amiga, por muchos mensajes manipulados que se lancen.

La huelga, se pudo haber evitado, desde el primer momento si se hubiera llamado a negociar y se hubiera dado soluciones a través de la bajada de impuestos de los carburantes como han realizado los países de nuestro entorno.

Obviamente, en una huelga de este tipo parecen siempre “piquetes” violentos, totalmente injustificables en todas situaciones, pero curiosamente, ello le sucede al Gobierno que cambio la ley sobre la actuación de los llamados “piquetes”, algo realmente lamentable.

Al margen de los incidentes aislados, fruto de la desesperación de un sector, ninguneado y despreciado por el Gobierno que encima tiene que escuchar vinculaciones con la extrema derecha, realmente es como echar gasolina al fuego.

Es curioso, como este Ejecutivo, apoyado por la mayoría de los partidos radicales, se muestra prepotente y soberbio en vez de enviar mensajes positivos en la búsqueda de soluciones.

El Gobierno, está fuera de la realidad, vive en una “burbuja” y parece sólo tener un objetivo seguir en el poder, sin solucionar nada, más bien al contrario creando problemas continuamente y dividiendo a la sociedad.

Todo esto tiene muy mala “pinta”.  

 

Sabemos, (no de ahora) que Vladimir Putin es un sátrapa, sabemos, que no tiene corazón ni escrúpulos y sabemos que es capaz de cualquier cosa en su beneficio.

Dicho esto, me pregunto porque occidente en vez de enviar armas y más armas a Ucrania, no negocia con claridad con Rusia y en vez de enviar al desastre a todo un pueblo, busca algo más sensato y práctico.

La NATO debe de reforzar la defensa de todos los países limítrofes con Rusia, para enviar un mensaje de seguridad a Rusia, pero también debe de negociar directamente con Rusia y buscar un acuerdo que evite más pérdidas de vidas humanas.

Los intereses no de Estados Unidos, sino de la Administración Biden, no tienen porque ser los intereses de Europa ni de Ucrania.

La Administración Biden, con unos índices de popularidad muy bajos y una gestión nefasta de la pandemia y con fuerte oposición del partido Republicano, quiere subir su popularidad y hacer negocio.

Tengo simpatías hacía el pueblo americano, pero el Presidente Biden, con muchos intereses de su hijo en Ucrania, meses antes y con su falta de ética y valores, no me ofrece la confianza que necesita un líder en occidente.

Prolongar la guerra, cerrar negocios, cargar contra todo ruso, apelando a los sentimientos de las personas, es un grave error.

La táctica de “palo y zanahoria”, es mucho mejor: Fortaleza del flanco oriental de Europa y por otro lado fortaleza en la negociación, sin romper puentes que luego será difícil reconstruir.

La razón de la guerra, se acaba perdiendo al minuto de iniciarse y luego ya todos son en mayor o menor grado culpables.  

Es muy curioso que los medios occidentales, en su inmensa mayoría, no se pregunten quién realmente está al frente de los destinos de Estados Unidos, que es como decir de gran parte del mundo.

¿Quién manda en la primera potencia?. Aunque en España, las televisiones rara vez recogen las intervenciones de Biden, es obvio que sus condiciones mentales, están mermadas y en muchos momentos no sabe, ni donde está; por eso sus asesores le impiden contestar preguntas de los periodistas, por miedo al ridículo.

Resulta que tenemos en Rusia, un sátrapa, un individuo sin corazón y en Estados Unidos un Presidente sin condiciones intelectuales para dirigir una gran nación.

Ya en la campaña electoral norteamericana, se pudo contrastar problemas de ubicación de Biden y contestaciones sin sentido. En Estados Unidos, algunos medios se hicieron eco de ello, pero en Europa, con tal de obviar a Trump apenas se dio a conocer.

Es muy grave y peligroso, no saber quién toma las grandes decisiones en Estados Unidos, algunos representantes del partido Republicano, han pedido un examen médico oficial para conocer las condiciones intelectuales de Biden, pero sin éxito todavía.

Es así evidente como los países que nos creemos muy libres, estamos siendo también manipulados y sometidos a la parcialidad de intereses desconocidos.

Si occidente no toma, conciencia de la gravedad de la situación, las consecuencias en cualquier momento pueden ser aún mayores de las que ya se están produciendo.

Vladimir Putin, sabe de todo ello y ningunea a occidente por su falta de coherencia y debilidad.

Biden, ha sido el gran fracaso de los intereses occidentales, por su apoyo en la campaña y por la ocultación de su autentica situación física y mental.

 

 

Una gran parte de las sociedad actual, no quiere saber la verdad, porque les molesta ponerse ante ella, porque sirve de espejo de nuestra mentiras y contradicciones.

Ante este hecho sociológico, es casi imposible establecer debate serio alguno, porque enseguida se descalifica por todos los medios posibles, toda opinión distinta que equivocada o no, ponga reparos a cualquier tendencia propiciada desde el poder.

Así se establece, una especie de “todo o nada”, de “blanco o negro” y no se deja alternativa alguna al relato que interesa.

Lo grave de todo ello, es que está forma de actuar tan dañina y perjudicial para la sociedad, con motivo de la pandemia, ha llegado a la ciencia y a la medicina, con descalificación de todo aquel, que cuestione lo que los grupos de poder quieren.

Es una perversión total, hasta ahora no conocida y un resurgir de un totalitarismo intelectual, que ya se empieza a fomentar desde la niñez en la educación que se recibe, en la que se impide un desarrollo intelectual propio y autónomo imponiéndose tendencias, modas, reglas en algunos casos absurdas y exageradas.

Sin debate de ideas, es imposible un desarrollo global del ser humano, en todos sus aspectos y de está forma se anquilosan los sentidos y se llega a tener miedo a disentir, por no parecer un ser “extraño”.

El totalitarismo del pensamiento, está dirigido por intereses muy concretos que utilizan a los políticos y a los medios de comunicación, para sus propios intereses y dando cartas de naturaleza a las ideas que interesen en cada momento, al margen de la verdad o de cualquier debate.

Se trata de impedir que el ser humano, sea por si mismo una persona con principios y gustos propios, autónomo en su decisiones y reflexivo en las mismas.

Así se puede manipular todo a gusto de unos pocos, importando “un bledo” la verdad.